Se han cumplido las elecciones primarias con una participación de electores emocional y numérica bastante aceptable frente a la censura y persecución desatada por el régimen a medios, empresas y trabajadores que facilitaron algunas concentraciones publica o, que permitieron  la difusión de los distintos mensajes de los candidatos, así como ante el uso de las fuerzas armadas y colectivos contra el desarrollo de distintas campañas, y las patrañas de CNE y, de manera especial la inhabilitación de candidatos, María Corina Machado entre ellos. Es destacable la participación y entusiasmo demostrado por los venezolanos que participaron demostrando el talante democrático del país, y de manera especial, al desnudar la arbitraria atribución por parte de la plataforma unitaria, en representar la oposición venezolana, al sentarse y acordar con el régimen el futuro del país.

No participé del proceso de primarias en ninguna de sus etapas, lo seguí en las redes, también presencié el acto electoral en uno de sus centros de votación; participo de una visión que no observa factible la vía electoral en Venezuela, por cuanto, se enfrenta una tiranía criminal cuyos exponentes no tienen a donde ir, por ello, no entregaran electoralmente el poder, pues conforman un cartel criminal que asumió el poder de manera arbitraria, ejecutando múltiples actos de lesa humanidad e incluso de genocidio de los cuales tendrán que responder ante la CPI. Esta banda criminal ha garantizado su permanencia en el poder interpretando la constitución a su antojo según sus intereses y necesidades, han saqueado y destruido el país en todas las áreas, educación, salud, trabajo, justicia, comercio, industria, seguridad, servicios, vialidad e incluso dispersando la familia venezolana mediante la creación de estructuras de vigilancia y control social en calles, barrios, urbanizaciones y sin dejar de lado ninguna institución social, judicial, policial o militar, creando una sombra de miedo sobre los ciudadanos con el ánimo de transformarlos en sumisos rebaños de ovejas.

Vender la vía electoral como una formula posible para liberar a Venezuela de la tiranía, es asumir una normalidad fingida del país, es renovar una ilusión para generar esperanzas en una población mil veces golpeada por políticos que, al no querer confrontar la realidad, solo han gozado prebendas momentáneas, pero, que han hundido al país generando mayor depresión en el ciudadano en cada oportunidad fracasada.

Sin embargo, en el proceso de primarias sobrevinieron hechos o acontecimientos que otorgaron un sentido especial al proceso, así la inhabilitación de María Corina Machado anunciada previamente por la tiranía para frustrar su participación, se convirtió en un reto a la nación, y los electores la eligieron como candidata con el 95 % por ciento de votos, elección que pude traducirse en la disposición de los venezolanos en asumir lo necesario para llevarla a Miraflores, pero, adicionando en ella con ese masivo respaldo, la condición de única representante de la oposición venezolana, creando de esta manera un reto notorio tanto a Noruega como a los EEUU, quienes tendrán que explicar sus respectivos papeles y objetivos en los procesos de diálogos con la tiranía, asumiendo también, el nuevo rumbo que María Corina Machado tendrá que dar a la mesa de Barbados para ser coherente con su discurso, y no iniciar una nueva desilusión.

María Corina Machado tendrá también que surfear sobre los movimientos geopolíticos que están ocurriendo en el mundo, para prevenir un conflicto que pueda impedir la ruta electoral por ella asumida, así como la entronización de la tiranía en el poder dado su posicionamiento estratégico con Rusia, China, Irán y Hámas, y su llamado a un plebiscito sobre el ejercicio de soberanía, lo cual, en sí mismo es un contrasentido que puede dar fundamento a un conflicto militar, más aún al tener protegidas sus fronteras al oeste y sur con gobiernos afines. Puede considerarse descabellado pensarlo, pero descabellado va el mundo.

Ahora, los caminos para alcanzar la libertad de Venezuela se unen, nos corresponde trabajar para llevar el mensaje de la libertad a todos los venezolanos, de manera muy especial a la juventud, escasa en el proceso de votación, para ganar sus mentes y corazones motivando su participación en la lucha, que les permita soñar un futuro honesto, posible y real en el país, organizando cada calle, cada parroquia, cada sector para la defensa y la lucha, mostrando una disposición total a ser libres, que sin equivoco alguno hable al militar con el objetivo de hacerles comprender el costo de cubrir al tirano, dando así una oportunidad a la paz.