Reinvento el plano en el que estamos
cayendo en la adicción de seducirte
una y otra y otra vez
y si acaso una vez más
Reinvento los lugares
esta vez propongo sean oscuros
uno donde los muertos están, así nos recordaremos
hasta en el limbo con el refractario
bailoteando entre llamaradas como
lo hicimos en el sueño de una noche de verano
Sorprendeme que, de lo placentero, no me resisto
Tenés prohibido seguir un mismo guión
Quitate el disfraz de santo, descalzate y movete
sé impuro, sé vos con tu oscuridad en dimensión
dejá a la trompeta llorar, derretí la indumentaria
perdé tu quejido de lamento, en otro más intenso y travieso
quejate y sollozá del gusto que yo te acurrucaré en los pechos
regazo de mi ser, claustro maternal, útero y refugio
Para que nunca sufrás más, al menos
nunca de angustia
ni de ganas
ni de pena
El rito nuestro serán estas tierras desmoronadas
que se deslizan tranquilamente
para enlodarnos hasta el cuello
Esas ropas movedizas que se hunden
y salen a poco
dentro de una fosa a la media noche
Caldeando de este a oeste
aguados entre espinas y
hojas secas talvez dolorosas
Mi anhelo es quedar fríos en el descanso eterno
y vengan a nosotros de una vez
a terminar de sepultar
estos restos que son ahora
huesos secos.