Ante la calamidad que padece Venezuela producto de la dictadura, emigré sin saberlo. Nunca lo pensé, la critiqué severamente hasta que me tocó. El 17 de diciembre de 2018, sin mucha planificación y con hijos emigrantes me despedí. Por temporales de la vida, padre y madre nos trasladamos a la madre patria de urgencia, primero ella, detrás yo. Acompañado del cubo y saliendo por Maiquetía arribamos a Bilbao, expectantes de celebrar en familia las festividades decembrinas. Y sí, degustamos en familia los goces conocidos y perdidos. Ya transcurridos unos días en un país normal decidimos probar suerte. Mi acompañante,sólo, regresó.
Con mis otros hijos ya residenciados en Santander – Cantabria desde hacía años, nuestra aventura tuvo buen comienzo. Optimistas, tomamos rumbo al norte.
Hipnotizados por la novedad, sin voltear , regularizamos residencia y dimos marcha a sufragar prioridades iniciando vida laboral , logrando integrarnos satisfactoriamente.
Los hechos muy entretenidos, superando diferentes contratiempos. Dimos rienda suelta a disfrutar carencias acumuladas, cubrimos expectativas inmediatas, hasta que … debutó la rutina y aparecieron vacíos que sólo puedo llenar en mi país. Comencé a sentir sed de patria, sed de mi gente, de su paisaje, su cielo, su aroma, nostalgia por mi terruño, sentir la roncha de mi tierra, sed de lo bueno y lo malo, sed de todo.
Con ahínco me integré al trabajo, pero a la rutina y a la vida social española no. Aun cuando Venezuela es hija de España, de su idioma, sus costumbres, su cultura, en esta etapa de mi vida con las reservas de adaptación agotadas y con raíces bien y profundamente plantadas en mi patria, estoy viviendo en España , pero vivo en Venezuela en alma , vida y corazón .
Me aferro con fe al nuevo amanecer, volando hacia el continente americano de cara al sol, retrocediendo el tiempo y pletórico de renacer.
Después de más de 1 año auto exiliado y, a pesar de la calidad de vida que ofrece España, no recomiendo esta decisión a mis paisanos contemporáneos. Emigrar es cónsono con la divina juventud .