Junio, 2020

Maduro ha calificado a los emigrantes venezolanos que regresan, ser armas biológicas usadas para desestabilizar su régimen. Esta definición descubre la naturaleza de LA NARCODICTADURA, expone su condición criminal, el interés que les anima es su permanencia en el poder, el hombre no tiene valor alguno para el régimen.

El emigrante venezolano salió obligado del país en busca de oportunidad y futuro en libertad, muchos lograron estabilidad y poder soñar ese futuro, otros, aquellos con trabajos precarios que obligan salir en procura del sustento día a día, ante las medidas impuestas por la pandemia en los distintos países, sufren el aislamiento social, ante la precariedad económica y social de los países de América Latina, se ven empujados, una vez más a experimentar los peligros de emprender un camino de emigrante, miedo e incertidumbre, ahora, en regreso a la patria, sorteando en su condición de desvalidos sociales, la xenofobia y el rechazo por ser considerados cargas sociales.

Tan grave como lo anterior, soportan también su invisibilidad ante las organizaciones internacionales e incluso las omisiones del gobierno legítimo venezolano, como parias, retornan a tierras de la otrora Venezuela en la esperanza de un poco de sosiego y solidaridad entre los suyos, sin importarles enfrentar y padecer la crisis humanitaria compleja que se vive, no la desconocen, pero es la esperanza de refugio y tranquilidad emocional lo que les mueve.

Calificarlos de ser armas biológicas, es un mecanismo de estigmatización y segregación, es un acto más de violación de derechos humanos, el régimen les criminaliza como “enemigos” para ganar adeptos, usa el miedo y paranoia que genera la pandemia y el contabilizar muertos en los medios de comunicación todos los días, como arma para captar partidarios, y enfrentarlos a otros venezolanos, planteando un dilema, salud y sobrevivencia que en teoría brinda la dictadura, frente a un ataque de los enemigos que sostienen una guerra con “Venezuela” , señalando a Colombia, Ecuador, Perú y Brasil la acción de propiciar y obligar el regreso de miles de venezolanos emigrante contagiados con coronavirus para desatar la pandemia en nuestra tierra, quiere obligar a tomar partido.

Los sistemas totalitarios ocultan la realidad de sus países, esta dictadura no es diferente, concentra información y todos los días manipula cifras, no existe certeza, necesita mantener la cuarentena para mantener el control de la población que poco a poco comienza a expresar su malestar en las calles, Venezuela padece por los servicios básicos, carencias graves de agua, gas, electricidad, gasolina, alimentos y sistema sanitario, pronto estallará la calle, sin control ante la ausencia de dirección política confiable. El coronavirus solo expondrá en mayor medida la muerte silenciosa de nuestro pueblo, ayudará a encender la chispa, esto no es responsabilidad de nuestros compatriotas que regresan, lo es del virus chino y de nosotros todos que hemos permitido 20 años de saqueo y destrucción, y que no hemos sostenido la lucha.

Desde estas humildes páginas, damos la bienvenida a cada uno de los venezolanos que regresan con los brazos abiertos, somos los mismos y padecemos lo mismo, Venezuela es un país destruido, tiene mayores calamidades que el país que dejaron al marchar, pero sus hombres y mujeres somos los mismos, lleguen a sus lugares, descansen, contemplen la tierra y el cielo venezolano, recuperen sus fuerzas y sumen para poner fin a la dictadura y refundar una Venezuela de todos para todos.