Se acerca el fin de las ciencias exactas de la mano de las ciencias blandas, principalmente la sociología, mediante la intervención en el Estado y en el ámbito educativo. Ahora donde reina la subjetividad no hay lugar para los datos objetivos y demostrables.

La ley de identidad de género, prevalente en cada vez más naciones de habla hispana, permite que una persona determine cómo se identifica no por su biología sino por su percepción. De modo que decir, en el ámbito académico, que existen solo dos sexos, femenino y masculino, es considerado ofensivo e incluso discurso de odio y, para los promotores de esta ideología, ambos términos y esta concepción conocida como binaria deben erradicarse.
Debido a esta imposición, un profesor de biología ya no puede decir que los hombres nacen con cromosomas XY y las mujeres con cromosomas XX, sin arriesgarse a perder su empleo.
Por esta razón, fue suspendido por seis meses un profesor del instituto público IES Complutense de Alcalá de Henares, un municipio de Madrid. Para proteger su identidad, el maestro presentó las iniciales J.B.L. en su denuncia presentada a OKDiario.

Suspenden de empleo y sueldo 6 meses a un profesor de instituto por decir que sólo existen dos sexos https://t.co/Xsvbq2lGLE — okdiario.com (@okdiario) June 29, 2021 

Sus alumnos están en un rango de edad menor a los 15 años. Como maestro de biología (y geografía) les enseña el funcionamiento del cuerpo y la genética. Su falta fue haber explicado a los estudiantes que, aunque una persona trans pueda modificar su cuerpo mediante operaciones, sus genes no cambian. Seguirán siendo XY o XX, es decir, hombre o mujer. Por lo tanto, solo hay dos sexos.
Por decir esto, algo científicamente demostrable, no puede ejercer la docencia en la materia que así lo evidencia. Su expediente ya está siendo tramitado por la consejería de Educación.

Acciones legales por adoctrinamiento LGBT
El maestro inició acciones legales este jueves 1 de julio en los juzgados de Alcalá de Henares con la ayuda de la asociación Abogados Cristianos, que ha redoblado la apuesta y solicita además la destitución de la inspectora del IES Complutense, Ilenia Megías Chico, por suspender al profesor, alegando que «le intimidaron y discriminaron» por decir «verdades científicas».

Mediante una carta con una colecta de firmas remitida al consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, Abogados Cristianos advierte que «de no hacer nada», la Consejería de Educación «estaría blanqueando la actitud de funcionarios que hacen un abuso totalitario de su poder para perseguir y acorralar a profesores que se dedican a hacer su trabajo».

La asociación reclama que la directora y la inspectora del instituto «responden ante la apisonadora ideológica del colectivo LGTBI» y lo que dijo el profesor suspendido es algo «biológicamente evidente».
«A la hora de pedirles explicaciones, ambas tuvieron una actitud represiva contra el profesor, haciendo un completo abuso de su poder, e intimidándole con preguntas impertinentes de carácter político e ideológico», afirma Abogados Cristianos.
«Sin duda alguna, no queremos que ningún colectivo sea discriminado ni atacado… Ahora bien, no vamos a permitir que J.B.L. sea suspendido de su empleo y su sueldo por defender unos hechos que están científicamente demostrados», declaró la asociación.

Polonia Castellanos, que preside Abogados Cristianos, destacó que el maestro afectado es padre de familia y la suspensión afecta su rol como proveedor.

Disputa entre feministas
La radicalización de la “perspectiva de género” se ha potenciado con Irene Montero al mando del Ministerio de Igualdad, quien ya públicamente se refiere a los españoles como «todos, todas y todes».
Y se ha encontrado con enfrentamientos por parte de las mismas feministas que dice defender, pues la creciente visibilización de las personas trans rompe con la dicotomía hombre-mujer y resta visibilidad al reclamo histórico de las mujeres que se anuncian como oprimidas por los varones.
Por eso en España hasta ha habido peleas físicas entre lo que se conoce como feministas de género (las de tercera ola, que no creen en las características biológicas del hombre y la mujer sino en los géneros como una construcción social) y las TERF, que excluyen a las personas trans de la causa feminista. 

En el medio de esta trifulca ideológica, un maestro de biología, padre de familia, vio reducido el sustento para sus hijos por decir algo comprobable.

“La libertad es decir que 2+2 es igual a 4”, decía George Orwell en su obra 1984.
Hoy sería decir que un hombre tiene cromosomas XY y la mujer XX, sin discriminar a nadie ni emitir odio, pues las cirugías y hormonizaciones no cambian el código genético.