¡Construyendo ciencia, progreso, evolución, bienestar, humanidad!

¡Construyendo ciencia, progreso, evolución, bienestar, humanidad!

Una historia sobre la humanidad, el cómo hombres y mujeres valientes en búsqueda de bienestar y progreso asumieron riesgos para avanzar, tocan así nuestras puertas, una historia contada desde twitter, nos trae a la memoria mucho de lo que hemos olvidado
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Catéter Doble Jota @cateterdoble

¡Aguanta cariño! – le dijo su marido mientras le cogía la mano- -El médico va a tardar, viene desde Danville que está a casi 100 kilómetros de aquí y está todo nevado. –
No puedo más, es como si unas alimañas me comieran por dentro dijo ella-
#HistoriaMedicina #hilo

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Muchas horas después, el Dr. Ephraim McDowell llegó a la casa y tras decirle al esposo que saliera de la habitación, examinó a Jane Todd Crawford, que prácticamente estaba inconsciente por los dolores.

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El galeno tardó poco en saber lo que era. Salió a comentárselo al esposo:  Estaba claro que no era un embarazo, ni de gemelos, por mucho que lo dieran las vecinas, usted mismo dijo que lleva más de 10 meses así. – Pero le ha ido aumentando poco a poco replicó el esposo-

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Lo que tiene su esposa es un enorme tumor en la parte baja de la barriga, y, o mucho cambian las cosas, o no hay nada que hacer. Esa masa irá creciendo y la irá “consumiendo” por dentro provocando un terrible final.

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Ese 15 de diciembre de 1809 se le vino el mundo abajo al Sr. Crawford. – Es joven y madre de 5 hijos ¿Seguro que no hay nada que pueda hacer? -dijo el afligido esposo- A lo que el médico puso una cara como de “se puede hacer algo, pero…”

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– Doctor, por favor, vamos dentro con ella e intente lo que sea… Los dos hombres entraron en la amplia estancia y la mujer que parecía como si se hubiera enterado de todo, dijo: – ¡Eso mismo!, haga lo que sea…

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El Dr. McDowell les comentó que había una remota posibilidad que era abrirle el abdomen e intentar quitar ese gran tumor y esperar a ver qué ocurría

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El marido con una cara de estupor impresionante dijo: – ¿Abrirle la barriga? Eso solo se hace con los cadáveres. Está totalmente prohibido abrir a vivos. Es una auténtica aberración…

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El médico les explico que efectivamente no se abrían personas vivas y que además sus compañeros de profesión eran totalmente contrarios a hacerlo y que lo denostarían si lo hacía, pero…

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La mujer postrada en la cama con voz firme pese a los dolores dijo: – ¡Hágalo ya! El marido mirando el convencimiento de su mujer, asintió con la cabeza, a lo que el médico dijo que para hacerlo tenían que ir a su consulta

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La mujer se despidió de sus hijos que se quedaron con el marido. La última frase de ella antes de partir fue: – Hijos os quiero; Tom, no me esperes, volverá solo el caballo…

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Fue el viaje más largo de sus vidas, no solo por los dos días que duró, del 15 al 17 de diciembre, sino por la dureza de desplazar a Jane atada a la silla del caballo entre la nieve teniendo ese “bulto” en la barriga

 

https://twitter.com/i/status/1530559507436568576

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Tras dejar el condado de Green, cuando llegaron a la consulta del Dr. McDowell en la pequeña localidad de Danville en Kentucky, Jane Todd Crawford pudo descansar mientras el arriesgado médico pensaba como acometía la cirugía

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Faltaban años aun para que llegara la anestesia y el Dr. McDowell se iba a convertir en un asesino, ya que, para la ciencia de la época, abrir el abdomen de un vivo era sinónimo de matarlo. Los pocos intentos acontecidos habían acabado en peritonitis y muerte

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Contra toda evidencia y tras días de dudas y planteamientos teóricos en la cabeza del Dr. McDowell, la Sra. Crawford entre dolores insistía que lo hiciera cuanto antes. Llegó la Navidad…

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La mañana del 25 de diciembre de ese 1809, ayudado por su esposa, uno de sus hijos y un aprendiz de cirujano/barbero, el Dr. McDowell se dispuso a operar a Jane Todd Crawford mientras el Sheriff estaba en la puerta

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La intervención había llegado a oídos de sus vecinos que se habían agolpado a las puertas del consultorio acusando al doctor de sacrílego. El representante de la ley, amigo del doctor, era la única “barrera” que evitaba que asaltaran la casa

 

https://twitter.com/i/status/1530559523232022528

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La improvisada mesa de operaciones, al igual que el resto de la sala, estaba impoluta. La pulcritud era absoluta, algo no tan frecuente en la época pese a lo que pueda parecer. El doctor era un fanático de la limpieza

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Ni un solo vaso de whisky de anestesia, y mientras los ayudantes del doctor la sujetaban, la Sra. Crawford no gritó. Se pasó la intervención recitando y cantando salmos, eso sí, entre desvanecimiento y desvanecimiento

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Olvidándose que le iban a prohibir ejercer la medicina, el doctor cogió una pluma y trazó la línea que debía seguir para abrir el peritoneo a siete centímetros y medio del músculo recto del abdomen

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Cogió el escalpelo y rajó todas las capas necesarias hasta que se topó con que los intestinos salieron disparados hacia fuera y se desparramaron por la mesa mientras la respiración de Jane se volvía intermitente

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El tumor ocupaba la mayor parte de la cavidad abdominal y el Dr. McDowell lo partió en dos trozos y con paciencia lo logró extirpar. Tras casi media hora, el abdomen de Jane estaba limpio de masa tumoral

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Extrajo la sangre de la cavidad peritoneal, bañó los intestinos con agua tibia y los introdujo cuidadosamente en su sitio. Fue suturando las incisiones realizadas dejando descansar a la paciente que estaba totalmente extenuada y ya no se le oía recitar canciones religiosas

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McDowell pesó el tumor, que era quístico, y eran más de 10 kilos (22,5 libras) de masa, que, al ser rajado, dentro tenía un aspecto “sucio y gelatinoso” tal y como fue descrito por el propio doctor

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Contó a sus ayudantes, y plasmó en el informe, que el tumor “era el ovario y la parte fimbriosa de la trompa de Falopio muy agrandados”. Que sacó 15 libras de tumor y que después ató una ligadura alrededor de la trompa y extrajo el saco, pesando este 7,5 libras más

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La bascula quedaba justo frente a una ventana y por ella pudo ver como dos hombres ponían una soga en un árbol mientras señalaban hacia la casa. En ese momento la puerta se abrió…

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Era el sheriff gritándoles que no podía contener más a la turba mientras ponía una cara de espanto al ver la sala llena de sangre por todos lados. El doctor dijo: – Sheriff, la operación ha sido un éxito, ella está viva.

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El representante de la policía y el médico salieron y pudieron apaciguar a los vecinos, que fundamentalmente estaban espoleados por el reverendo de la localidad. Les pidieron paciencia a ver como evolucionaba… era Navidad

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El propio médico “ofreció su cabeza” si las cosas no iban bien, pero que esperaran… Pasaron varios días complicados… Al quinto día, el doctor, encontró a la mujer haciendo la cama y caminando por su propio pie y…

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Pasados 25 días, Jane estaba perfectamente. De hecho, se empeñó en volver sola a su casa a caballo para abrazar a su marido y sus hijos… y así lo hizo. Se había consumado “el milagro de la Navidad”

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Jane vivió casi 33 años más y nunca más tuvo problemas ováricos, ni abdominales. Al poco tiempo, sus molestias y su cirugía solo eran un recuerdo

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