Durante el confinamiento estricto en Italia, tomé esta foto desde la terraza de mi casa sobre la ciudad de Fidenza, dónde vivo desde hace 14 años. Pensé en las señales de paz, de esperanza, de futuro bonito para mí, para mis seres queridos, para todas las personas del mundo, para los enfermos y para mi ciudad de adopción. No estamos solos
Y agradecí profundamente a Dios.