Las historias son muchas, las razones también.
A.V. venezolano, trabajador, padre de familia,
obligado a emigrar por no existir un sistema de justicia independiente en
Venezuela, estamos en dictadura criminal; perseguido por la apetencia de funcionarios
del régimen y sus colectivos para apoderarse de una empresa privada, armaron contra
sus trabajadores cargos criminales graves, infundados e inexistentes, usando un
mazo político, fiscal, policial y judicial, abriendo sí, las carteras y
bolsillos de su entorno como banco y mecanismo probatorio de inocencia, por
ello, con otros, tuve que partir.
Espero en la ruta el cambio anhelado, que la libertad
retorne a Venezuela, done exista justicia, en ese momento volveré sobre mis
pasos para hacer frente al proceso judicial, para mostrar mi inocencia, señalar
la injustica y el saqueo vividos.
Tomar la maleta para salir fue doloroso, caminar
senderos y páramos desgarradores, hambre y frio, los pies duelen y sangran, solo
la esperanza movió nuestro cuerpo para acortar el sufrimiento, el cansancio y
hacer desaparecer los miedos e incertidumbre.
Aún no llegó a mi destino, fui víctima de un robo,
perdí mis documentos y el poco dinero que llevaba, la solidaridad de los
hombres de esta generosa nación donde me encuentro, han permitido que inicie de
nuevo mi vida, tengo trabajo, duro, pero un trabajo honrado y seguro, gozo de
la confianza de mis compañeros, me integran a sus espacios de vidas, siento
amistad y acompañamiento que hacen llevadera la situación, abren esperanza para
sostener la vida hasta el momento de regresar.
A.V