Lo que llevamos por dentro
muchas veces son soledades
noche de secretos
y alguna flor
de otra primavera
dentro del diario de nuestros días
Si lo llevas adentro
la risa de antaño
y un desteñido recuerdo
con maternal sabor a leche
a su tibieza
Por dentro de la furgoneta también
los rostros amables
de los amigos de toda la vida
van además las muecas
de los que decidieran
ser nuestros enemigos
lo tomo en el pecho
hay cantos que no se olvidan
ellos caminan
despacio por dentro
son melodías sin palabras
que huelen
sudor alegre
de los juegos
en el patio de recreo
observamos
cómo se miran en un espejo
los instantes descoloridos
una fuerza de ser cuoco
en insistentes ejercicios
de la memoria
desgastados
al sol de cada sílaba
dice con vehemencia
extendidos
al viento de un suspiro
siguen en curso circular
sin salir de nosotros
Callamos
junto en las palabras
que nunca dijimos
ellas cohabitan
en la misma casa del perdón
ubicado en la calle
que desemboca justo después
de la herida
Vamos de la mano
de los anhelos
que se empujan
que se amontonan
para encontrar un espacio
en el corazón apretado
a veces
si asoman
fugazmente
en una mirada
a veces
se duermen
bajo la lengua
Esperando por un beso
El equipaje interior
nos recuerda
nuestra condición eterna
peregrinos
la luz brilla
en medio de nuestro silencio
es una columna que soporta
el peso de nuestros errores
la ligereza de la corrección
la firmeza del aprendizaje
la certeza de la duda
y todo lo que llevamos
por dentro